Puerto Natales

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martes, 17 de junio de 2014

¿Para qué te puede servir la derrota de España contra Chile? Un experimento social a tu alcance




Vaya por delante que me gustaría que ganara España. Pero no se me ocurre ninguna selección mejor que la de Chile para que el disgusto sea menor y, además, poder sacar un par de  lecciones. Me explico.
Sea cual sea el resultado, olvida la derrota cuanto antes y procura centrar tu atención en lo que va a suceder las siguientes 24 horas. Descubrirás la realidad íntima de las personas que te rodean, de los extranjeros con los que convives y también de los españoles.



Los habrá que aprovecharán para sacar lo peor de sí mismos, aquello que llevan escondiéndote su verdadero yo desde que les conoces. El vengativo, el prepotente, el que tiene resentimientos atávicos en su corazón,  y el que sólo necesita una gran excusa para intentar hundirte más y para entregarte el resentimiento que acumula su corazón.
Pero también, pasados lo primeros momentos de euforia, te encontrarás con el que comprenderá tu decepción y se acercará a ti a consolarte, a decirte una broma inocente y a intentar compartir contigo la poca importancia que tiene el fútbol y lo que de verdad tiene valor en la vida.
Los tendrás delante, desnudos de la coraza con la que habitualmente nos cubrimos.



La empatía es la capacidad emocional de ponerte en el lugar de quien tienes delante. Lo contrario de los empáticos son los psicópatas. Éstos no tienen que ir descuartizando a jovencitas a cada paso, pero van sembrando su camino de personas con el corazón roto y los sentimientos destrozados.
Ten todos los sentidos alerta, será un aprendizaje con mucho valor.
Pero además hay otra cuestión.



Los jugadores de élite no generan gran simpatía en mí, para qué nos vamos a engañar. Son dioses mediáticos, que no emplean los dones que tienen (dinero y fama) para hacer este mundo mejor, al menos de forma proporcional a lo que poseen. Si no me puedo alegrar por los jugadores, pensaré en el pueblo que está detrás que sufre y disfruta con los éxitos de su equipo. La situación es España es muy complicada, pero la de Chile también. Han vivido un gran terremoto y un incendio devastador en Valpo, todo esto sólo en unos meses, que ha dejado a miles de familias SIN NADA (aunque recurra a la palabra más mentirosa del diccionario).

http://elviajedechemaenchile.blogspot.com.es/2014/06/nada-la-palabra-mas-peligrosa-y.html


Si Chile gana, intentaré meterme dentro de todos los chilenos que, por una temporada, disfrutarán de una inmensa alegría.
Estoy seguro de que no puedo influir ni para bien ni para mal en lo que sucederá mañana en el partido. Sólo sé, que me alegraré de lo que pase, sea cual sea el resultado.

Dicho esto, y seguro de que viviremos un partido histórico, ¡Viva Chile! Y ¡Viva España!

miércoles, 11 de junio de 2014

NADA. La palabra más peligrosa y mentirosa del diccionario




No tengo nada de suerte.
No valgo nada.
La vida no vale nada.
No quiero hacer nada.
No me gusta nada.
No te quiero nada.

¿Cuántas veces al día repetimos la palabra NADA?



Me temo que muchas veces. Aunque, en realidad, es la palabra más mentirosa del diccionario. Sencillamente no existe. Y está demostrado con la ciencia que construye hoy nuestra explicación del universo que habitamos.



Hace poco tiempo se pensó que con extraer todo el aire de una campana hermética habríamos conseguido el vacío, un lugar en el que no hubiera nada. Hoy sabemos que no es así. Aunque no hubiera ni un átomo de aire, la campana estaría llena de ondas gravitacionales. Y si para evitarlo nos la lleváramos en un recipiente ingrávido imaginado a un punto del universo alejado de cualquier materia a millones de años luz, estaría llena de ondas, muy débiles, pero llena de algo. Y encima algún neutrino cruzándola de vez en cuando. No existe la nada.
Si me crees, prueba a suprimir esa palabra de tu forma de hablar y de pensar:

Prueba a no buscar las explicaciones de lo que pasa en la vida en una palabra tan etérea como suerte.
Remueve dentro de ti y encuentra los valores que tienes y que intuyes que están ahí.
La vida lo es todo. Fuera de ella estamos más cerca de una nada.
¿Seguro que no te gustaría hacer algo?
Eso que dices que no te gusta nada, ¿no puede despertar en ti ni un sentimiento?
Si tu amor se fue, ¿qué queda?




Cuando era un niño había un acertijo muy popular que trataba sobre la nada:
“¿Qué es la nada? El que nada no se ahoga. El que se ahoga es un bruto. Bruto mató a César. De César no queda nada. Eso es la nada”.

Tiempo después se difundió un estudio científico que afirmaba que cada vez que inspirábamos, entraban en nuestro cuerpo algunos átomos del aire que exhaló César cuando, antes de morir, clamó: ¡Tú también, hijo mío!



Si dejas de hablar, de escribir y de pensar con la palabra nada, estarás abierto a TODO. Pruébalo si quieres, no pierdes NADA.



domingo, 1 de junio de 2014

Emigrando de España. Las 8 emociones que puedes abandonar antes de partir

Pensando en todas las mujeres y hombres que en algún momento tuvieron que emprender un camino hacia un destino mejor. Yo declaro mi admiración por vosotr@s.


"La madre del emigrante" Gijón,  Asturias.

Muchos hemos tenido que emigrar en alguna ocasión de nuestras vidas. Es igual de importante lo que te lleves de equipaje, como lo que dejes olvidado en España. Me gustaría compartir contigo lo que creo que has de abandonar si quieres sentir éxito en tu aventura.


  1. El victimismo.

“No te conviertas en una víctima, transfórmate en el responsable de tu vida”.

Lago de la Duquesa. Ciudad Ducal, Ávila.


Aunque sientas que te han obligado a irte de tu país, este pensamiento no te aporta nada. Olvídalo y piensa en que la decisión la has tomado tú con libertad, como decisión personal y con responsabilidad. Si te sale mal, la culpa no es de los otros. Nadie tiene la culpa. Tómalo como el mejor aprendizaje. Ya no eres el mismo que antes de empezar. Eres más grande.
Si te sale bien, el mérito será tuyo. Otórgatelo y disfrútalo. 

  1. La debilidad.
“Todos somos vulnerables, sólo algunos, además, son débiles”.





Tendrás que estar preparado para vivir momentos difíciles. De incomprensión, quizás de desprecio y, seguro que de soledad y nostalgia. Tendrás que ser duro, pero no olvides la ternura y el cariño.
No naciste sabiéndolo todo. Pregunta cuando no sepas algo.
No tienes el corazón de hierro. Busca amigos.
No eres el único que comete errores. Perdónate cuando te equivoques.
Si tienes miedo, dilo. Alguien te consolará.
Si te sientes solo, busca compañía. Ahí fuera hay personas que no puedes perder la oportunidad de conocerlas.

  1. El resentimiento.

“El resentimiento es el veneno que me tomo yo, para que te mueras tu”.




Si te has sentido obligado a tomar esta decisión, es fácil que sientas resentimiento contra alguien. Contra tu familia, porque crees que no te ayudaron lo suficiente. Contra los políticos, que han dejado el país hecho una ruina.
El resentimiento te hace daño a ti y ¿qué consigues sintiéndolo?
A mi sólo se me ocurre salir de esa emoción, perdonando. Es posible que te resulte muy ingenuo o demasiado naif, pero prueba a experimentarlo, y no te digas que no puedes. Quizás creas que no merecen tu perdón, pero quien no se merece estar sufriendo por ello, eres tú.

  1. El sufrimiento.
“El dolor es inevitable, el sufrimiento lo decides tu”.



Yo soy torpe cocinando y a menudo me quemo. Es uno de los dolores que más temo, el sentir cómo el aceite hirviendo muerde mi piel. Por ello siempre tengo a mano una pomada contra las quemaduras. Me la aplico y voy sintiendo como poco a poco el dolor desaparece.
Tiempo atrás me quedaba maldiciendo un rato largo, diciéndome lo inútil que era, que parecía mentira que siempre me pasara lo mismo y no se cuántas cosas desagradables más. Al final, ni disfrutaba la comida ni dejaba que la disfrutaran los demás.
Pero un día me di cuenta de que lo peor de mis accidentes domésticos era el rato que me quedaba recordando lo incapaz que me sentía, y lo mal que lo hacía todo, llegando a reproducir en mi cabeza todas las ocasiones en las que siempre terminaba igual.
Ese día hice dos cosas: me bajé a la farmacia a por una crema más potente y firmé un compromiso conmigo mismo de que siempre que me quemara, me riera de mi mismo y me hiciera un regalo por la tarde.
Desde entonces, no sé si me quemo menos, pero casi no me duele y disfruto mucho más la comida y de la sobremesa.

  1. Las preocupaciones.

Deja de preocuparte por algo y ocúpate de ello.




Acepto que me insultes después de este comienzo. Pero déjame hacer un esfuerzo para explicarte cómo lo siento.
Por increíble que parezca todo lo que en España te tortura, en tu destino pasará a formar parte de una rutina de pensamiento. NO puedes hacer más sacrificio que liarte la manta a la cabeza e ir a buscar un futuro mejor lejos de tu familia, tu entorno y de tus seres queridos. Ya has empezado a ocuparte de tus problemas. La gente vivirá sin ti, a veces incluso mejor, como ya escribí en alguna ocasión. La gente que te quiere, te seguirá queriendo. Podrán sobrevivir sin ti. Lo único importante es lo que eres, no lo que tienes.

  1. Las discusiones.

¿Qué prefieres? ¿Ser feliz o tener la razón?





Atrévete a dejar de ser tú. Esa persona que siempre tiene la razón porque….¡está clarísimo!
Prueba a no decir nada durante los primeros minutos de una conversación. Observa quien te habla. Qué quiere decir. Cómo lo dice. ¿Seguro que está equivocado? Es posible que sea sólo su opinión, su forma de ver las cosas, muchas veces distinta de cómo lo ves tú, pero su forma al fin y al cabo. Luego intenta darle tu punto de vista, comunicarle cómo sientes tú lo que él te ha transmitido. A lo mejor, no te deja, te interrumpe, y sigue con sus pensamientos. En ese momento déjalo. Sólo necesita que alguien le escuche. Es el mejor regalo que hoy, en ese momento puedes darle.

  1. Tu incapacidad para…
¿Cuántas veces te han dicho que eres incapaz de hacer algo? ¿Te lo has dicho a ti alguna vez?




NO somos capaces ni de imaginar las cosas que podemos hacer si tenemos la motivación suficiente. Pero a veces, además de motivación hace falta algo más. Saber hacerlo. Y no nacemos sabiendo. En ese momento, pregunta.
Un virus de la sociedad actual es que todos nos tenemos que sentir emprendedores. ¿Y si no lo somos? ¿Pasa algo? 


  1. Tu heroicidad.


La primera vez que me preguntaron en serio, ¿un líder nace o se hace? Yo respondí para mis adentros, como si de un mantra tóxico se tratara… nace, nace, nace. Y la persona que tenía enfrente me preguntó de nuevo: Entones… ¿para cuándo dejas liderar tu propia vida? Los héroes suelen terminar mal, o muertos u olvidados, que en el fondo es lo mismo. Conviértete en el auténtico líder y protagonista de tu vida.

Atardecer en Misiones, Argentina (2007)

¿Cómo te sentirías ahora si te dejas en España todo lo que comentado anteriormente? Seguro que mucho más ligero. Lo anterior forma parte de las cargas emocionales que decidimos colgarnos de los hombros, no se muy bien porqué. Ya sé que con leer este post no vas a poder aligerar tu mochila. Sé que no es fácil. Prueba a quitarte alguna de ellas, alguna que te pese mucho y no necesites para casi nada. A lo mejor es que no lo necesitas para nada.
Lo más seguro es que no nos conozcamos nunca, pero créeme si te digo que si has llegado hasta aquí, algo tenemos en común. Déjame que me sienta orgulloso por ti, no por leerme, sino por lo que representas.


La mejor versión del ser humano es SER, y HUMANO.