Puerto Natales

Puerto Natales

domingo, 29 de septiembre de 2019

LA RESPUESTA A TODAS LAS PREGUNTAS







Querido lector que has llegado hasta aquí. Lamento decirte que no voy a resolver el título de esta entrada. Solo quiero compartir contigo la idea que ha venido a mí, a través de mis vivencias y de algunas lecturas que he hecho a lo largo de mi vida.

Sí te puedo decir que la conclusión a la que llego da paz y sentido a mi existencia. Con eso me basta.
El ser humano, tú que me estás leyendo, somos el resultado de un proceso de casualidades (¿?) de imposible existencia.

Me apoyaré en las teorías científicas actuales, que ya sabemos que pueden cambiar y hacerse más complejas, aunque por ahora dan explicación a muchos de los fenómenos que podemos experimentar.
Como ejemplo, recordemos cómo cambió la mecánica newtoniana con el surgimiento de la relativista. Los postulados de Newton daban explicación a muchos fenómenos que se producían a baja velocidad. Con eso bastaba en esa época. Para explicar qué sucede cuando se viaja a velocidades próximas a la de la luz, apareció Einstein y desarrolló su teoría.
Cualquier variación mínima de las constantes universales (la constante de Planck, la de la gravitación universal y tantas otras,….) supondría la imposibilidad física de la formación de materia. O a lo sumo la creación de muy pocos elementos de la tabla periódica, Helio y poco más. Nada de agua, nada de vida según la entendemos.

Hace 3.800 millones de años, aquí en el planeta Tierra una bacteria se dividió y dio origen a otra.
Comenzaba el largo camino de la evolución hasta culminar (por ahora) en el ser humano, el producto de un inimaginable infinito de casualidades. Entre ellas, Tú.
Existen muchos seres vivos pero ninguno con la complejidad del hombre y su cerebro.
Resulta sencillamente mágico, que, a cada momento que vivimos, la comunicación eléctrica entre millones de neuronas sean capaces de permitirnos respirar y escribir como yo estoy haciendo ahora. Un mono podría hacerlo también con entrenamiento, pero no sabría el sentido de lo que está escribiendo.

El hombre tiene conciencia (capacidad para saber lo que está sucediendo en la mente y qué está pasando con nuestros sentimientos y emociones, la capacidad de sentirse como ente único y separado de todos los demás) y consciencia (la capacidad de saber qué está pasando en la conciencia). Ningún ser vivo las tiene.
A partir de esa suma de infinitas casualidades (¿?) el ser humano reflexiona sobre Dios, El Creador, llámale como quieras, y no deja de hacerse preguntas sobre Él. Es la respuesta a todas las preguntas. Lo contiene todo. Él es Todo.
Por su propia naturaleza, no podemos respondernos a las preguntas sobre Él. Y así pasamos la vida buscando preguntas que no tienen respuesta. Y así sufrimos por no encontrarlas. Hay demasiado sufrimiento en este mundo.

¿Cuál es una de las característica de un Dios? El amor infinito.
¿Cuál es la capacidad más valorada en el ser humano? La capacidad de amar.
No se me ocurre nada más parecido a la Creación que la suma de infinitas posibilidades imposibles.
¿Y si fuimos creados sólo para amar?
A imagen y semejanza de ese Dios.
La capacidad de amar sin esperar nada a cambio, entregar tu vida por unos seres que incluso no conoces. El amor en grande y el amor pequeñito, en el día a día, en la sonrisa al desconocido, en la empatía con el que sufre. El amor a todos los seres vivos y a los inertes.


Quizás solo así consigamos la eternidad prometida en forma de una extraña energía que permanezca, y que la ciencia no ha descubierto aún, o de información en el ADN de aquel a quien cambiaste un poco la vida.
Creo de verdad que el amor es lo que da sentido a la existencia humana. No es una idea original mía, sin duda.
Quizás no exista un Dios ni un plan programado, pero en cualquier caso si vivo en amor, mi vida habría tenido sentido.
Vive y ama.
Es lo mismo.
Que no se me olvide nunca.

jueves, 28 de septiembre de 2017

El amor no duele



“Maldito sea aquel que al principio de una historia de amor no crea que ha de ser para siempre” (Colette).

Casi todos los libros que me deslumbran paso su última página pensando en que me hubiera gustado escribirlos a mi. Este no es el caso. No tengo la sabiduría ni la lucidez de la autora. Pocas veces me he encontrado con tantos pensamientos tan claros y tan demoledores acerca de las creencias que tienes instaladas en tu ADN sentimental, como en las primeras 50 páginas.
Comienza presentando el verbo AMAR como una facultad, una capacidad y un talento y, honestamente creo, casi nadie se lo plantea así.
El libro está pensado para arrojar luz a todos aquellos que están enamorados y no se sienten correspondidos adecuadamente, porque “es una norma de amor inviolable: si hace sufrir no es amor”.
La primera parte del libro la emplea en ayudar a que identifiques con total claridad que es lo que tienes delante de ti.
Parte de que todos amamos desde quienes somos, lo que te lleva a identificar el tipo de amor que te dan con la auténtica naturaleza del que te lo da.
Te lo puede dar alguien con deficiencias afectivas, alguien bueno, bienintencionado, que está dispuesto a dártelo todo pero que no puede darte casi nada porque no sabe ni por donde empezar a buscarlo. Debes saber reconocer las actitudes distantes, frías o de poca consideración para hacer que te apartes y que no intensifiques la lucha para retener a alguien que no te trata como mereces.

Y después radiografía "el mal amor" y le pone algunas de sus características:
- Es irregular (te hace vivir con una sensación de inminente peligro y de constante desasosiego).
- Es insatisfactorio.
- Sexo sublime.
- No entiendes como has llegado a tolerar situaciones absurdas y humillantes (terminas con la autoestima por los suelos) y no sabes ni lo que sois (pareja, amantes, amigos, novios, amigos con momentos íntimos, personas que se quieren pero no pueden estar juntas…).
O quizás esté enfrente de un amor ludópata, aquel que combina una de cal y otra de arena y que enamora utilizando el estímulo intermitente de Pavlov. Es infalible.
También te muestra el amor vampírico, el amor romántico, el narcisista zombi (aquel que solo se ve a si mismo, que actúa a partir de lo que siente y que sus prioridades y necesidades pasan por encima de ti; “tiene empatía nula, tu sufrimiento le distancia, no le conmueve tu dolor. No puede hacer feliz a nadie porque se siente acorralado y protagonizando vivencias de las cuales, verdaderamente, no forma parte, así que vive en una eterna dicotomía o bien quedarse solo, o bien no poder evitar herir a los que le quieren”.
La autora termina la primera parte con dos conclusiones una de las cuales me parece sencillamente genial: que no merece la pena seguir intentando buscar una respuesta. La única respuesta es que no hay respuesta, el único secreto es que no hay secreto. Jamás sabrás lo que siente, seguramente porque no lo sabe ni él mismo. Y si has llegado a esa conclusión, lo más probable es que no te ame lo suficiente.
La segunda parte del libro está enfocado a qué debes hacer para superar la circunstancia que te ha generado dolor. Elaborar una lista de objetivos vitales y cómo puedes conseguirlos. Ese tramo es mucho más práctico, muy en la línea de plan de acción vital.
Es un descubrimiento maravilloso como relaciona el amor con la ética. Según la autora solo amamos bien cuando deseamos lo mejor a quien queremos. La ética es la respuesta que ofreció la madre del juicio de Salomón, que prefirió perder a su hijo que tener una mitad muerta de él. La plenitud sólo se puede alcanzar a través de un amor correspondido o llegando a ser quien puedes llegar a ser. Eticamente, el amor significa ser alguien digno de ser amado y no querer a nadie que no sea digno de tu amor.
Y seguiría hablando del libro horas, porque se me acumulan todas las frases brillantes que lo constituyen.
Cuando terminé el libro, y recordé algunos de mis desengaños amorosos, entendí mucho de lo que fui incapaz de ver en aquel momento.
Si tienes curiosidad por saber qué es el amor del bueno y cuál es el mal amor, no lo dudes, sumérjete en la deliciosa e inteligente narración de Montse.
Y termino con el pensamiento que ningún amante querría pronunciar jamás:

“Cernuda dice: te quiero y quiero decírtelo con el olvido. Sólo cuando amas de verdad a alguien necesitas imperiosamente el olvido, sólo un amor tibio es compatible con una vivencia pequeña y modesta de amar”.

sábado, 31 de diciembre de 2016

¿Vivir con ilusión o vivir en una ilusión?






“Actúa así, como si vivieras por segunda vez y la primera lo hubieras hecho tan rematadamente mal como estás a punto de hacerlo ahora”. Viktor Frankl.


La libertad tiene mucho que ver con la capacidad de elegir. Elegir lo que haces o elegir como vives lo que haces. Y eso también se aplica al significado de las palabras que usas en tu vida.
Desde que descubrí las distinciones lingüísticas gracias al coaching ontológico, me he convertido en un apasionado cazador de ellas. Ya acumulo más de ochenta y estos trofeos los  conservo en un lugar privilegiado de mi mente y de mi corazón. Hoy quiero hablaros de ilusión. Y también porque creo que la felicidad en la vida va mucho de “habitar” palabras.

“Vivir el lenguaje para no demorar la vida…. Cuando deseamos de todo corazón felicidad a una persona, éxito en su vida personal o profesional, cuando nuestro deseo en auténtico, cuando la verdad de lo deseado para nosotros y para los otros coincide con lo que decimos, entonces nuestras palabras están habitadas” (1).





En todas las lenguas romances, ilusión tiene que ver con engaño, de los sentidos o del pensamiento. Pero solo en español tiene una acepción antagónica, ilusión como la esperanza de que se cumpla algo especialmente atractivo.

Y no es casual que esto suceda. Un estudio de la Universidad de Vermont (USA), tras analizar más de 100.000 palabras en diez idiomas, concluyó que el que tiene más palabras positivas es el español. Por cada palabra negativa hay nueve con carga positiva (1).

La sociedad en la que vivimos nos invita permanentemente a vivir en una ilusión, en un engaño, en una farsa. Buscando la felicidad fuera de nosotros mismos, intentando alcanzarla con el verbo tener o poseer. Y al no conseguir bienes materiales nos instalamos en la queja o en el victimismo, cuando no en la depresión o en la desesperanza. Mira a tu alrededor, seguro que te recuerda a más de una de las personas con las que convives.






Pero nadie nos enseña a ser felices a través del verbo ser. A vivir con ilusión. A tener esperanza de que al final del 2017 habrás conseguido lo que te proponías porque sólo depende de ti. A buscar la felicidad dentro de nosotros mismos, allí donde nada ni nadie pueda arrebatárnosla. A perseguirla siendo humilde, siendo generoso, siendo empático, siendo auténtico, siendo cariñoso, siendo confiable o siendo positivo. Siendo y viviendo de acuerdo a tus valores. En la seguridad de que cualquiera que sea el resultado de tu acción, hiciste lo que creías mejor de acuerdo a ellos. Y eso, ningún poder en la tierra te lo podrá arrancar.

Si te planteas vivir así, estoy seguro de que al hacer balance del año estarás muy cerca de la felicidad.

Puedes elegir entre vivir en una ilusión o vivir con ilusión. ¿Cuál escoges?

Hoy ya habito una nueva palabra y ella habita en mí, ilusión, y desde ella te deseo feliz año y que lo empieces cargadito de ilusiones.

(1) “La ciencia del lenguaje positivo” Ed. Paidós. Luis Castellanos, Diana Yoldi y José Luis Hidalgo.




jueves, 16 de junio de 2016

Quizás te resulte más cómodo pensar que no. Pero sí, el líder también se hace.


(Post publicado originalmente en el blog de Paula Sopeña)
“El problema no radica en tener pensamientos nuevos e innovadores, sino en deshacerse de los viejos”.
Dee Hock, fundador de VISA International y autor del libro “El nacimiento de la era caórdica”

Hoy, en el salón de mi casa, una persona que me ha aportado mucho en los últimos años, coach, ingeniero reinventado, escritor y amigo. Pero sobre todo, viviente.



Claudia no era feliz. La biología le jugó una mala pasada y quiso encarcelar a una mujer en un cuerpo que parecía de hombre. Que casi cualquiera habría calificado como de hombre, aunque ella sabía que era un cuerpo de mujer. No ayudaba haber nacido en un país en donde las mujeres eran ignoradas, y su sentir, estigmatizado. Y ella era mujer.
 Cuando Paula me invitó a este salón de su, nuestra, casa que es este blog, me sugirió una entrada sobre liderazgo. Uffff, qué difícil, pensé. Hay pocas materias de las que se haya escrito tanto en los últimos cien años y el carácter del líder está presente en toda la literatura desde que se empezaron a juntar palabras en una superficie. Condensar lo expresado por millones de seres humanos a lo largo de la historia lo veía imposible. Por ello sencillamente escribiré de mi experiencia de vida y de lo que me despierta este concepto escurridizo y algo gastado........

domingo, 11 de octubre de 2015

¿Has triunfado en Chile? 15 preguntas de test para descubrirlo


Centro cultural Gabriela Mistral en Santiago




La palabra éxito resuena en nuestra mente desde el momento en que llegamos a este mundo.
Piensa por un momento, ¿cuál fue la primera vez que alguien te habló de lo que significa tener éxito? Y también, ¿recuerdas cuando fue la última vez? Yo no recuerdo ninguna de las dos ocasiones, pero poseo la palabra desde que tengo memoria. O, ¿quizás es ella la que me posee a mí?


Tumba de Pablo Neruda en Isla Negra



No eres lo que tienes, no eres lo que vales. Eres lo que sientes.


A lo mejor, cuando decidiste probar fortuna en Chile sabías lo que querías, lo que estabas buscando.
A menudo creemos que el éxito es alcanzar los objetivos que nos hemos marcado o aquellas metas para las que nos han educado. Pero ¿es eso el éxito?
El éxito es el resultado feliz de un acto.


Montañas de hielo en Lago Grey



Si el trabajo que has conseguido en Chile te hace feliz, habrás tenido éxito. Pero no es la única manera.
Te invito a que reflexiones sobre las cosas que yo creo que acompañan al éxito de un viaje a Chile.


Si
No
¿Has leído un poema de Pablo Neruda?


¿Has mantenido una conversación con un mapuche?


¿Te has dejado maravillar por las estrellas del cielo de Chile?


¿Has probado una marraqueta recién hecha?


¿Has notado el frío más intenso mientras veías las nubes de vapor del agua hirviendo?


¿Has amado a alguien con voz cantarina y sentimientos puros?


¿Te impresionaron las montañas más hermosas del planeta engalanadas a veces de arena y a veces de hielo?


¿Creíste ver dulzura en la mirada de un lobo marino?


¿Te dejaste conquistar por la gente que lucha, que sufre y que sonrie en Chile?


¿Escuchaste "al tiro" y se te despertó un sonrisa de oreja a oreja?


¿Has vivido Chile?


¿Notaste un temblor y pensaste "otro más" y seguiste durmiendo?


¿Has visto a un desierto engañarte y rebosar de flores?


¿Sientes que eres otra persona después de haber conocido Chile?


¿Volverías a Chile?




Mucha gente regresa a España pensando que ha fracasado. Quizás fuiste a buscar algo al otro extremo del mundo, que en realidad estaba muy cerca. Tan cerca como dentro de ti.

Loba amamantando cachorro en Punta Choros



Quizás te parezca este test muy infantil o muy “flower power”.
Pero pensando ahora en lo que viví en Chile, reconozco que tuve éxito.
Mucho más del que hubiera imaginado.

Hielo y fuego en Tatio



La lista anterior de preguntas no está cerrada. Me encantaría que la completaras con tu visión de lo que significa el éxito de una aventura vital en Chile.

Os deseo que tengáis todo el éxito que podáis sentir.

jueves, 10 de septiembre de 2015

11 de septiembre. Un día para el recuerdo y para el perdón

El perdón cae como lluvia suave desde el cielo a la tierra. Es dos veces bendito; bendice al que lo da y al que lo recibe. William Shakespeare.




 










Hoy es once de septiembre de 2015. Es un día de dramático recuerdo para miles de familias en todo el mundo. Desde el 11-S en USA, que fue la suma de atentados terroristas más mortíferos de la historia reciente, hasta el día en que se produjo el golpe de estado de Augusto Pinochet en mi querido Chile, que acabó con la democracia y la vida de miles de chilenos, entre ellos el presidente de su país, Salvador Allende Gossens.
Pero también es el día de mi cumpleaños. Y un día de 1906 en el que Mahatma Gandhi encabezó una manifestación y nació su movimiento de la no-violencia.
Yo quiero permitirme hoy hacer una reflexión para que no se me olvide nunca.
Este día quiero que sea para mí el día del perdón.


Bombardeos en la Gran Vía de Madrid


Madrid, verano de 1936. Sergio es guardia de asalto, un cuerpo de la policía que había sido fundado por la segunda república española para disponer de fuerzas de máxima lealtad al estado. 
Pero también es un profundo creyente que vive en coherencia con sus obligaciones profesionales y sus sentimientos religiosos.
Un día le avisaron que dos religiosos estaban detenidos en la Dirección General de Seguridad y que les iban a trasladar para fusilarlos. Eran vecinos de la comarca de la montaña leonesa de donde el procedía y les conocía bien desde hacía tiempo.
Sin dudarlo un instante, se encaminó a ese edificio de la Puerta del Sol de Madrid que sólo con mencionarlo despertaba auténtico pavor en esos días y en las décadas posteriores, por motivos políticos contrarios.
Cuando Sergio llegó había como treinta personas subidas en el camión que les encaminaba a una muerte segura.
-       ¡A esos dos bajadlos del camión! – gritó Sergio.
-       Eso no es posible, son rebeldes y se les ha juzgado ya – respondió el miliciano.
-       A esos dos les conozco yo y no suponen ningún peligro para la república.
-     Insisto que no es posible, tienen sus horas contadas y así lo ha decidido el tribunal popular correspondiente.
-     ¡Cumplid la orden de un guardia de asalto inmediatamente! Yo respondo por ellos.
Ante la insistencia del oficial y con la idea de no provocar un problema mayor con el cuerpo de guardias de asalto, cuya relación con lo milicianos libertarios era bastante delicada, accedió de mala gana.
-       Venid a mi casa, ahí estaréis seguros – dijo Sergio a aquellos aterrorizados hombres.






La Organización de Naciones Unidas tiene señalados muchos días en el calendario que puedes consultar aquí. Desde el día mundial de la televisión (21 de noviembre, supongo que algún día le retirarán el homenaje a la vista de en qué se ha convertido) hasta el día para la tolerancia (16 de noviembre), por citar dos de ellos diametralmente opuestos. Pero no hay ninguno dedicado al perdón. 
Este acto voluntario del ser humano está muy vinculado a todas las principales religiones, cristianismo, judaísmo, budismo e islamismo y a un dios misericordioso que castiga pero también perdona.
Es por esto que quizás existe una idea equivocada de lo que es el perdón, al menos como yo lo entiendo.





La portera donde vivían Aurora y Sergio era muy radical y chismosa y presentó una denuncia, en la certeza de que en esa casa estaban escondidos sacerdotes. Una patrulla de milicianos se presentó  en el piso. Quiso la fortuna que dos de los refugiados hubieran cambiado de escondite y sólo quedara Felipe, un seminarista que no llegaba a los dieciocho años.
-     Nos han dicho que escondes sublevados en tu casa, camarada –gritó el miliciano.
-    Aquí no hay ninguno de esos que dices – respondió Aurora con gallardía pero muerta de miedo.
-     Eso lo quiero ver yo con mis propios ojos – y entraron tres hombres a registrar la casa.
Felipe, al oír los gritos, sólo se le ocurrió meterse en la cama y tapar su cuerpecillo de chaval en pleno desarrollo con la colcha, dejando fuera unos cabellos que asomaban por encima de la tela.
-       ¿Y quien está ahí? – señalando el frágil bulto castigado por días de hambruna y miedo que se intuía debajo de la colcha.
-     Ese es uno de mis hijos y creedme que os arrepentiréis cuando regrese mi marido de su jornada. Así que...¡ya estáis saliendo por la puerta!
Los milicianos no querían conflictos con los militares y tras más amenazas e improperios, abandonaron el lugar.

Puerta del Sol, Madrid


El perdón es una declaración del individuo, hecha por él y dirigida a él. Es un acto liberador que nos separa del odio y del resentimiento. 
Es un “sé que me hiciste daño pero no quiero sufrir más por ello”
Y no hay que confundirlo con el olvido. Ambos pueden convivir, porque contra el olvido muchas veces no se puede luchar, pero siempre somos libres para perdonar.
Tampoco está reñido con la justicia, con la que tiene que ir de la mano y que tenemos que buscar siempre. Pero lo único que siempre podrás hacer, es perdonar.
Mucha gente asocia el perdón con la restitución del mal causado. Y por desgracia eso, en muchas ocasiones no es posible. Por eso no perdonan, y siguen instalados en un odio que se transmite de generación en generación.
El perdón, junto a la aceptación, te permite salir de uno de los estados emocionales básicos: el resentimiento ("ese veneno que me tomo yo, para que te mueras tú"). La acción liberadora del perdón te enseña el camino que va del resentimiento a la paz, que es uno de los ingredientes imprescindibles de la felicidad.

Museo de la Memoria, Santiago de Chile. “Ciencia, justicia, verdad y memoria”

La guerra había terminado y Aurora no sabía como sentirse. Sergio había muerto de un disparo traicionero por la espalda en el primer mes de la guerra y no le dio tiempo a conocer a María Luisa. Aurora tenía una preciosa niña de 2 años y el estigma de ser una viuda del bando perdedor.

-       Jamás me llegará ninguna ayuda del régimen y tendré que salir yo sola y con mis únicas fuerzas.

Y empezó a pensar qué cosas tenía que empezar a hacer para sacar adelante a un bebé en la posguerra española.

Sólo se me ocurre una ocasión en donde no debes perdonar. Son aquellas circunstancias  en las que tu perdón puede legitimar una nueva ofensa. Por desgracia, se han llenado nuestros cementerios este verano de mujeres que perdonaron demasiadas veces.

Si no perdonas por amor, perdona al menos por egoísmo, por tu propio bienestar. Dalai Lama.



Se puede perder una guerra dos veces. Si no ganan aquellos por los que moriste y si no te reconocen tus servicios aquellos por los que arriesgaste tu vida Es la consecuencia de tener sólo una vida y uno de los riesgos de imprimir coherencia en todos los actos de tu existencia.
A pesar de ser doblemente perdedores de una guerra fratricida, en mi familia nunca me educaron en el odio. Sí en el perdón. En un perdón cristiano, del que yo he descubierto con los años su lado más humano alejado del necesario, para muchos, concurso de un dios.
Piensa ahora si tienes a alguien o a algo que perdonar. Piensa en ti y empieza.
El perdón no llega inmediatamente a restañar las heridas del corazón, pero permite abrir vías nuevas de observar la realidad, tu realidad.
Y la paz terminará llegando.
Tú que prefieres, ¿vivir en el resentimiento o vivir en paz?
Tú decides, no lo olvides.
Gracias por estar ahí.

Dedicado a mis abuelos Aurora y Sergio y a mi madre María Luisa, que a pesar de vivir una tragedia, me mostraron con su ejemplo de vida, los valores que definen a los auténticos seres humanos.

Bibliografía:
“Memorias de mis años oblatos”. Antonio Jambrina Calvo. Se hace mención a los protagonistas del relato en las páginas 129, 258 y 266.
“Ontología del lenguaje”. Rafael Echeverría. Capítulo IX, Cuatro estados emocionales básicos.

Música: Angeline,  John Martyn (11 de septiembre de 1948 - 29 de enero de 2009)





domingo, 15 de marzo de 2015

La ira del expatriado. ¿Qué es lo que encierra esta emoción?







“Cualquiera puede enfadarse, es algo muy sencillo. Pero hacerlo con la persona adecuada, en el momento oportuno, en el grado exacto, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo”. Aristóteles.

Marta sobrevive en una habitación triste y fría a la que llegó abandonando su tierra buscando una vida mejor. A pesar de estar en verano, el frío de la noche se cuela por las rendijas de la maldita ventana que apenas sirve para impedir el paso de las moscas y de las arañas, siempre las malditas arañas.
“Hice todo lo que me dijeron, fui una buena chica, y estoy aquí a miles de kilómetros de la gente que quiero y que me quiere. Fueron los políticos, los que me obligaron, los que hundieron el país, ¡malditos seáis! Dos años buscando trabajo mandando curriculums y nada. Sólo estas cuatro paredes de mierda”.

Una de las emociones que más acompaña a los que hemos tenido que emigrar en alguna ocasión es la ira.
¿Quién no se enfada a menudo? ¡Es de lo más normal!
La ira o el enfado, es una de las emociones con la que convivimos a diario. Es natural y se asocia a menudo con la defensa de las ideas, la fortaleza de carácter e incluso, con la virilidad. Esto ha hecho mucho daño porque la frontera entre la violencia y la ira, es muy tenue. De hecho se podría hacer una clasificación de esa emoción en función de su intensidad: rabia, impaciencia, rencor, ira, intolerancia, odio, violencia, crueldad y sadismo.
Pero, ¿qué sentimiento esconde o protege la ira?
Su anatomía más inmediata es la de un incremento en el flujo sanguíneo de los brazos, con aumento de la frecuencia cardiaca y la producción de adrenalina, para poder asir una piedra o un palo, y poder conseguir lo que quieres. Pero, ¿qué es lo que quieres? 
Es lógico que estés cabreado, te han echado de tu país, después de haber hecho todo lo que se suponía que tenías que hacer. Estudiar, ser buen hijo, buen ciudadano, para al final sentirte abandonado en medio de la callejuela más inmunda que te puedas imaginar.
Tiempo atrás vi la película “Guardianes de la Galaxia”. En ella un personaje brutal Drax el Destructor, un guerrero con sed de venganza después de que un villano asesinara a su mujer y a su hija, pronunciaba una frase que me dejó pensativo:
“He descubierto que mi ira, que mi violencia, sólo buscaba esconder la pérdida”.

Drax "el destructor"


De mi experiencia en grupos de Facebook de españoles que han tenido que emigrar, se advierte una violencia contenida que a menudo estalla en post intrascendentes.
¿Cómo vives tú la ira? ¿Es una emoción que te acompaña frecuentemente?

“El enfado es la más seductora de las emociones negativas. Proporciona argumentos convincentes para justificar el poder descargarlo sobre alguien”. Daniel Goleman.


Ella estaba harta. Cansada de pelearse consigo misma, con los pocos con los que la apreciaban en aquel remoto lugar del mundo. En definitiva, cabreada con todos y con todo. Como tantas otras veces que gastaba su vida en hacer nada, miró la pantalla de su móvil de última generación. Leyó unas palabras que ocupaban toda la pantalla: ¿Te gustaría liberarte de tu ira?

La rabia suele ir acompañada de un sentimiento de injusticia. Nos enojamos cuando algo nos frustra, cuando no sucede lo que queremos o lo que esperamos que suceda. Cuando las cosas no son como nos gustaría. Cuando nos obligan a hacer cosas que no queremos hacer.
También está muy ligado con la sensación de pérdida, de distancia. Sin tenerlo presente, la ausencia de alguien (un ser querido por ejemplo) o de algo (nuestro barrio, nuestros conocidos, nuestra comida, nuestros chistes, nuestro país en definitiva) puede poseernos y enquistarse en un estado de ánimo de cólera o de violencia, que quizás no percibamos claramente, pero que la gente que está a nuestro alrededor, si lo hará.
Y habitualmente la vivimos en términos de o todo o nada.


Es muy curioso como viven esta emoción los lobos. Son unos animales muy combativos y esto ha permitido que a lo largo de la evolución pudieran convertir en un rito el perdón y el castigo, logrando rescatar lo esencial del combate entre ellos, cuyo fin es determinar quien se va a quedar con el territorio para ser el macho alfa. Por este motivo, cuando en el curso de la pelea el que siente que va perdiendo ofrece su cuello al rival en un acto de sumisión total, se genera el contrincante un reflejo que lo aleja del perdedor y le perdona la vida. Momentos antes estaban poseídos por la furia y por la rabia más atroz, pero provocar una emoción contrapuesta, desactiva de raíz la que se está sintiendo.

“Quisiéramos que la espiritualidad  fuera fácil, rápida y barata. Lo cual es tanto como decir que inexistente”. Dalai Lama.

Desde aquel día en que aparecieron las extrañas palabras en su móvil escritas por la mano de dios sabe quien, su vida había dado un giro de 180 grados. Había aprendido que estaba allí por su voluntad, y que sólo ella tenía la responsabilidad de haber querido salir de su país a buscarse la vida. Que la forma de vida de su nuevo destino no era las suya pero que no tenían nada malo, era distinta nada más. Que podía aceptar, aunque no compartiera, los usos y costumbres de los habitantes de su nuevo país. Y que sólo con pensar por unos momentos lo que estaba sintiendo, podía desactivar la bomba que le había estallado en las narices todos los días los últimos meses desde que llegó.

Aumentar tu grado de inteligencia emocional no es sencillo.
Cuando sientas que llega la ira debes reflexionar sobre si es proporcional lo que sientes con lo que te lo ha provocado. La mayoría de las veces no lo es.
Hay que evitar la idea de que como es una emoción natural, no hay que intervenir.
Los creadores del concepto de inteligencia emocional, Peter Salovey y John Mayer proponen un modelo de actuación en inteligencia emocional.
Identificar las emociones. Entenderlas. Usarlas. Y por último saber gestionarlas.
Quizás el primer paso, identificarlas, sea el más importante. Cuanto antes te des cuenta de que estás bajo el influjo de la ira, mejor podrás contra ella. Porque normalmente, además después de un episodio de ira, te encuentras mal y arrepentido de tu comportamiento. Es muy frecuente hablar de estar “secuestrado” por una emoción.



Y ¿cómo se puede gestionar una emoción? Lo primero que puedes hacer es procurar salir de ella cuanto antes si no te encuentras a gusto. Y, ¿esto es posible? Sí, aunque no sea fácil. La inteligencia emocional tiene que ver bastante con afrontar la emoción desde el primer momento en el que nace. En este punto, me gusta la solución que proponen desde el budismo: busca un antídoto, otra emoción que desactive la ira. Es intuitivo que no puedes tener a la vez dos emociones contrapuestas. Yo creo que no puedes estar a la vez en el amor y en odio a la vez sobre el mismo objeto. Frente a la ira yo contrapondría el perdón, o la paciencia, o quizás la compasión, depende de qué desencadenó la rabia.
Las emociones nos acompañan, al hombre y a los animales más evolucionados, desde el principio. Tienen un fundamento clarísimo, son la llamada a la acción cuando esta es más importante que la reflexión. Por esto último, para que la cólera sea legítima debe ser más beneficiosa que dañina. Debe responder proporcionalmente a aquello para lo que fue diseñado. Una ración extra de fuerza o adrenalina, nada más. Es por esto que en el mundo actual donde la fuerza no es un elemento crítico de la supervivencia, la ira está bastante fuera de lugar.
La próxima vez que sientas que te llega la rabia, respira, ponle nombre (“ya está otra vez aquí mi rabia, esa pesada”) y perdona a quién te la ha provocado. Casi seguro que no lo ha hecho a propósito, y si lo ha hecho adrede, escapa de él, no te compensa ni te interesa. Tú quieres ser el dueño de tu felicidad y algo se interpone. Ese algo es él y la ira.
Os dejo con una canción que espero que os despierte una sonrisa.

Gracias por llegar hasta aquí. Nos vemos en el camino.




sábado, 28 de febrero de 2015

El maravilloso viaje de Charles Darwin a través de Chile

¿Sabías que más de la mitad del viaje de Darwin alrededor del mundo lo pasó en Chile?

¿Que con lo que Darwin vivió en Chile escribió un libro que cambió el mundo?




“Al evocar imágenes del pasado, frecuentemente cruzan ante mis ojos las planicies de la Patagonia. Entonces, ¿por qué esas áridas extensiones se han aferrado a mi memoria con tanta firmeza?”.
  
Charles Darwin (1809-1882) es uno de los principales científicos de la historia. A él le debemos un libro que cambió una idea que había acompañado al hombre desde la edad antigua: que el ser humano era muy especial y provenía, poco menos, que de los dioses. En realidad su teoría nos hizo aterrizar de una innata soberbia para ponernos delante nuestro humilde origen, desde el primigenio protozoo a nuestros parientes más próximos, los primates.




Con apenas 22 años partió de Inglaterra en el navío llamado Beagle para dar la vuelta al mundo es un proceso de estudio que culminó con la publicación a sus 50 años de “El origen de las especies”. En su viaje de casi 5 años a través del mundo, pasó 28 meses en lo que es ahora Chile. A fines de 1832 los viajeros llegaron a Tierra del Fuego, donde permanecieron dos meses y medio efectuando detenidas observaciones geológicas, botánicas, zoológicas y antropológicas.

Una acuarela del dibujante de a bordo, Conrad Martens. Pintada durante la estancia en Tierra del Fuego, representa al HMS Beagle recibido por los nativos fueguinos.



“Esa confusa masa de árboles en buen estado y de árboles muertos recuerda las selvas tropicales y, sin embargo, hay una profunda diferencia: en estas triste soledades que visito actualmente, la muerte en vez de la vida parece reinar como soberana”.



Luego atravesaron el Estrecho de Magallanes para recorrer los canales australes y el litoral chileno, hasta arribar a Valparaíso en julio de 1834.



“Los canales revisten matices tan sombríos que parecen conducir fuera de los límites de este mundo”.



Desde ese puerto los científicos emprendieron varias expediciones por la zona central de Chile y en noviembre zarparon hacia el sur para recorrer Chiloé, las islas Guaitecas y el archipiélago de Chonos.

“¡Qué admirable país para recorrerlo a pie! ¡Qué espléndidas flores! Como en todos los países secos, hasta los zarzales son particularmente olorosos”.

Después de su travesía austral y camino a Santiago, Darwin visitó las provincias de Osorno y Valdivia, donde fue testigo de un violento terremoto. De vuelta en la capital, en marzo de 1835, emprendió un breve viaje a Mendoza y luego se trasladó a los distritos de Coquimbo, Huasco y Copiapó.



“En esos valles se cultiva mucho trigo y maíz; sin embargo, el principal alimento de los campesinos es una especie de haba (los deliciosos porotos). Los vergeles producen melocotones, higos y uvas en gran abundancia. Con todas esas ventajas, los habitantes del país debieran disfrutar de más prosperidad de la que realmente disfrutan”.


En julio abandonó el puerto chileno de Caldera para recorrer las costas peruanas, ecuatorianas y las Islas Galápagos, completando su expedición en octubre de 1835.


De su estancia en Chile nos queda el nombre de alguno de los parajes más hermosos de Chile como la cordillera y el monte Darwin en la isla de Tierra del Fuego o ese paraje maravilloso que se disputan los dos vecinos, que es el monte Fitz-Roy, apellido ilustre del capitán del Beagle.


Algunas de las citas entre comillas son del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo, escrito por Darwin. (Librería El Ateneo, Buenos Aires, 1942).
Fotos de Markus Renner de su libro "Patagonia"